El 18 de julio de 1936, al inicio del alzamiento armado, la Real Fábrica de Cañones de Trubia estaba bajo el mando del coronel de Artillería José Franco Mussió. Aunque no secundó el golpe armado y no siguió las directrices enviadas por Aranda, tanto para defender la fábrica en caso de que los milicianos intentasen tomarla como para llegado el caso inutizarla, tampoco puede decirse que fuera un entusiasta valedor de la causa del Frente Popular. Se podría decir que, aunque republicano, su filiación estaría a la derecha, alejándose de las mayorías socialistas, anarquistas y comunistas que controlaban el territorio y gobierno asturianos. Por lo tanto, empeñó sus esfuerzos más en proteger a los militares bajo sus órdenes, muchos de ellos sinceros simpatizantes de los rebeldes, como en cuidar que la Fábrica se mantuviese en las mejores condiciones para su operatividad después de la guerra, y no desempeñando mandos directos en las unidades de artillería del frente de combate. Esta posición ambigua le valió la enemistad por ambas partes. El Partido Comunista trató de apoderarse de la Fábrica mediante una acusación que le valió una investigación e incluso una pena de prisión durante un mes en la Iglesiona de Gijón, pero lo cierto es que, una vez comenzado el juicio, los testimonios de testigos y las pruebas exculparon al militar y pusieron de relieve la maniobra del Partido Comunista. Así, a primeros de junio el Tribunal Popular que lo juzgaba declaró su inocencia:
“Los vocales-jurados del Tribunal Popular de Justicia
que suscriben, examinado detenidamente el sumario incoado
contra el coronel de la Fábrica Nacional de Trubia,
José Franco Mussió, y vista la prueba practicada
en el acto del juicio, declaran, con la misma solemnidad
y espíritu de justicia con que contestó al
veredicto de la Sala, que el coronel procesado no solamente
es inocente de los cargos que gratuitamente contra él
se formularon, sino que ha sido víctima de una ligereza
imperdonable que reviste todos los caracteres de una indignidad,
una vileza y una animosidad personal repudiable con fines
inconfesables. Nuestro criterio y esta nota son posteriores
al juicio. Nada sabíamos –porque no debíamos
saberlo- de la culpabilidad o inculpabilidad del procesado
con anterioridad al juicio. Ahora, una vez redactada
la sentencia firme y quedar proclamada la verdad legal,
nosotros, como representantes de la Justicia del Pueblo,
que es la única Justicia, nos creemos en la obligación
de completarla. Para esto declaramos que el coronel de la
Fábrica de Artillería de Trubia, José
Franco Mussió, ha sido víctima de acusaciones
totalmente falsas.
Gijón, 3 de Junio de 1937.”
Gijón, 3 de Junio de 1937.”
Milicias, 9 de junio de 1937, el Partido Comunista se defiende de los comentarios vertidos en la sentencia exculpatoria del coronel Mussió |
Posteriormente el coronel, tras la fuga de las autoridades gubernamentales a finales de octubre de 1937, se haría cargo del control del territorio aún bajo soberanía de la República, organizando la rendición y la entrega de las armas al ejército golpista, buscando evitar un último derramamiento de sangre inútil. Apresado por los vencedores, fue nuevamente juzgado y, por su comportamiento entre el 18 de julio de 1936 y el 21 de octubre de 1937 condenado a muerte y degradación. El 14 de noviembre fue fusilado junto a otros siete oficiales del Ejército que habían combatido bajo la bandera de la República hasta la caída del Frente Norte y enterrado en una fosa del cementerio ovetense.
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Coronel de Artillería José Franco Mussió |
A continuación, transcribo literalmente, sin modificaciones gramaticales más allá de algún signo de acentuación, el informe que fue elaborado por el Comisario de Guerra del Partido Comunista con el pliego de acusaciones contra el Coronel Mussió, que constituye por si mismo un valiosísimo documento sobre la guerra civil en el frente asturiano.
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Real Fábrica de Cañones de Trubia |
ACTUACION
DEL CORONEL DIRECTOR DE LA FABRICA DE TRUBIA DURANTE EL ACTUAL MOVIMIENTO
El domingo, día 19 de Julio,
estuvo con él una comisión del comité Local de Alianza Obrera, diciéndole que
en todas las partes, ante el movimiento fascista, las fuerzas obreras y los que
permanecían fieles al Gobierno, actuaban en conjunto, autorizando el Gobierno a
los primeros para usar las armas, recomendando el Gobierno a las autoridades que
se facilitaran, por lo cual nosotros íbamos en representación de los obreros de
la localidad a ponernos de acuerdo para ver la mejor forma de actuar,
pidiéndole nos dijera el número de armas que podía entregarnos, pues nosotros teníamos
compañeros dispuestos a usarlas.
La primera vez nos contestó
bien, diciéndonos que en Asturias ya se habían de haber levantado (era el
obscurecer y no había noticias aun concretas) pues Aranda le había ordenado que
enviara a Oviedo todos los Jefes con sus familias, debiendo quedarse él solo y
volar los transformadores para inutilizar la fábrica, cosa que él no había
querido hacer.
Se lamentaba diciendo que,
incluso le habían cortado la radio, quedando con muy poca gente, además de
quererlo dejar solo.
Respeto a las armas, no ponía
inconveniente, en palabras, diciendo que quien las usara, debía de ser gente
responsable y que por lo tanto quería él conocer a quién se iban a dar, por lo
que debíamos de darle una lista con los compañeros que las debían de coger.
A pesar de nuestros argumentos,
diciendo que nadie más interesado que nosotros en ponerlas en manos de gente
responsable, tuvimos que salir para hacer una lista como él decía.- Antes nos
habló de suspender o nó los trabajos en
la fábrica, contestándole que por el momento, lo supeditábamos todo a la
situación militar y que después ya hablaríamos de eso.
Reunidos de nuevo el Comité, se
acordó recoger diez o doce nombres de compañeros de los más conocidos por él,
pues temía fuera gente desconocida y
decirle, caso de que siguiera insistiendo, que esos eran los responsables y
ponerse de acuerdo como debíamos de actuar, a base de que estuvieran mezclados
soldados y obreros.
En esta nueva reunión con él,
ya estaba cambiado y dijo que no podía darnos
las armas ya que no las tenía, y que únicamente podía entregarnos seis u ocho,
pertenecientes a los soldados que estaban con permiso, pero que no tenía nada
de munición.- Por fin llamó al capitán Cuartero, mandándole que mirara las que había,
diciendo este que unas treinta y ocho.
Estas no nos las quiso entregar
porque decía, de nada nos servirían sin munición y nos proponía que la fuéramos
a pedir a Oviedo y que cuando tuviésemos munición, nos las entregaría.
Una Comisión tenía que
desplazarse a Oviedo y se le encargó a ésta que diera cuenta de la reunión con
el Director y pidiese munición, pero al mismo tiempo, escamados en el Comité,
acordamos de nuevo estar con él permanentemente, debiendo decirle que ya teníamos
munición, la que nos había llegado de Grado y pedirle los fusiles.
Cuando fuimos, ya se había ido
de la oficina,- Lo encontramos cerca de su casa, con la mayoría de los Jefes de
la Fábrica; se le expuso lo que queríamos y nos contestó que, como veíamos se
marchaba a cenar, que después volvería de nuevo a la oficina y veríamos lo que
se hacía y que así, se daba tiempo a que regresara la Comisión que había ido a
Oviedo.
Cuando llego la Comisión, fuimos
de nuevo a verlo y la Comisión le entregó una nota del Gobernador para él,
felicitándole por estar aún al lado del Gobierno, al mismo tiempo que le
indicaba colaborara con nosotros.
Después de leer la carta nos
manifestó, que aquello no decía nada, ya que Aranda era dueño absoluto de
Oviedo, como podíamos comprobar si volvíamos de nuevo allá.- El había mandado
un teniente a ver a Aranda para enterarse de lo que tenía que hacer (suponemos
nosotros), cuyo teniente ya no volvió.
Sobre los fusiles, a pesar de
que se le dijo que teníamos munición, no nos los quiso entregar, por que no
quería (decía) que el pueblo de Trubia pasara otra vez hambre, ya que si nos
las daba, nada podíamos hacer por su insignificancia, ya que en Octubre habíamos
contado con medio millón de cartuchos y nada habíamos hecho y que en cambio eso
sería lo suficiente para que al entrar las fuerzas de Aranda, tomaran
represalias y que la fábrica la cerrarían, montándola en otra parte, mientras
que no participando en nada, nada nos ocurriría y teníamos el pan asegurado, ya
que entonces toda la responsabilidad sería de él.
Manifestó también, que él como
responsable de la fábrica, la defendería a toda costa contra cualquiera que
intentara apoderarse de ella.- También decía que en tres horas, había habido
tres ministros de la Guerra, lo que indicaba, la mala situación de Madrid, a la
que atacaban, decía, varias columnas por el Norte y Sur.
El lunes por la mañana anunció
la suspensión de los trabajos y una representación del Sindicato fué a pedirle
explicaciones, diciendo que lo hacía para que los obreros pudieran así estar
libres y participar cada cual, donde le pareciese y que únicamente era por dos
días, los abonaba, repitiendo sobre las armas lo mismo, llegando a una discusión bastante
violenta, afirmando siempre que estaba al lado del Gobierno y que defendería la
fábrica a toda costa, pero la fuerza la dejaba en la fábrica, teniendo nosotros
que poner gente armada entre Oviedo y Trubia, para impedir, en lo posible,
cualquier salida de Aranda.
Ante la proximidad de la columna
que regresaba de León, mandada por Aiza, Lluch y Dutor, entregó la fábrica al
primero de estos, apareciendo fusiles, sin poder concretar el número, pues se
hicieron cargo de ellos los antes citados, pero con ellos, aparecieron nada
menos que varias cajas de munición de fusil, ametralladoras, morteros con
munición y otras cosas.- Es de destacar que en una habitación contigua a su
oficina, aparecieron ocho o más ametralladoras completas, varias cajas de
munición de fusil y fusiles.- Todo ello a pesar de que repetidas veces, había
dicho que no tenía más ametralladoras, que las correspondientes a la Compañía
de infantería que había en esta.- En la misma habitación aparecieron también,
cierres de cañón y otras cosas.
Se comunicó a los Jefes de la
Columna lo que sucedía y entonces Aiza dio orden de licenciamiento de todos los
soldados.- Fuimos nosotros los encargados de cumplimentar la orden, poniéndonos
por su parte mil obstáculos, que si la ley, que si únicamente se licenciaba a
los soldados rebeldes y estos eran leales, que si Aiza era únicamente
Comandante de Columna y no tenía facultades para hacer eso, etc.- Después,
igual él que los Jefes, quedaron sin hacer nada, pues ni siquiera intentaron
organizar la producción y un día en que se temía que la aviación bombardeara,
por haber volado el día anterior en plan de reconocimiento, se marchó, tanto él
como todos los Jefes, a las afueras, habiendo necesidad de ir a buscarlos.
Por temor a un bombardeo de la
aviación, ya que se habían captado telegramas en este sentido, procedimos a
fortificar los transformadores, no haciendo él nada en este sentido y diciendo
además, que no era necesario.
En estos días vino por aquí
Peña, entrevistándose con él, así como Aiza, que durmió en sus pabellones, y el
día 27 de Julio se ofreció a Amador Fernández para todo lo que hiciera falta.-
El Comité de Guerra ante su ofrecimiento, acordó informar de su actuación al
Comité Provincial, indicando que no lo debían de aceptar en ningún cargo de
responsabilidad.
En distintas ocasiones se
lamentaba de que Aranda, conociéndolo tanto tiempo, no le hubiera dicho nada
del movimiento.
Después cogió cierta confianza y
empezó a meterse en algo práctico, acordando nosotros, celebrar una
reunión con él y el Comité de Fábrica,
para que se hiciera cargo de la dirección.- A pesar de ello, nada se adelantó
en la organización de los trabajos en un periodo bastante grande, siendo el día
de hoy, en que si bien es cierto que ha mejorado, podía estar mucho mejor.
Ponía obstáculos a que se
fabricasen aquí bombas para la aviación y en una ocasión, suspendió su
fabricación, teniendo nosotros que ponerlas de nuevo en fabricación.
Siempre censuraba la actuación
del Comisariado, que si no sabía lo que traía entre manos, etc.
Más tarde fué elegido Jefe de
las fuerzas militares de Asturias y durante el periodo en que ejerció este
mando, procuró ocultar siempre doscientas cajas de munición de fusil y como
nosotros lo pusimos en conocimiento del Comisariado, se incomodó grandemente,
diciendo que debieron decir que había solo veintitantas y que lo ayudáramos a
él, (se refería a la ocultación de la munición) que ya nos ayudaría él a nosotros.
El primer día que estuvo reunido
en Gijón para determinar lo que había que hacer, decía que se había manifestado
por la no defensa de la fábrica, pues esta no tenía importancia y que Peña
había tenido la misma opinión que él, ya que decía, que la fábrica no tenía
importancia debido a que se podía montar la producción en Mieres o Sama, cosa
en absoluto falsa.- Esta misma opinión de no defender la fábrica, la sustentaba
cuando se le fué a comunicar el nombramiento y son testigos de ello Peña, Mallada
y Ambou.
Más tarde fué sustituido en el
mando y él decía que aún seguía siendo Jefe de las fuerzas, aun cuando no iba a
Gijón, porque perdía mucho tiempo.- Lo cierto es que en unos días ni era Jefe
de las fuerzas ni se hacía cargo de la Dirección de la fábrica, hasta que se le
planteó y se hizo de nuevo cargo de la citada Dirección.
Ante la proximidad de las
fuerzas enemigas, nos reunimos un día con él para ver lo que habíamos de hacer
en caso de tener que evacuar la fábrica.
En esta reunión, decía que había
tres soluciones: una, dejar la fábrica intacta, ya que estando en nuestro poder
Somiedo y Puerto, en cualquier momento se podía inutilizar la fábrica.-
Argumentaba que era criterio del Gobierno, el reducir el ejército y por lo
tanto las Fábricas Militares y que si destruimos la Fábrica, le dábamos al
gobierno la obra hecha, ya que no la reconstruiría y quien pagaría el pato,
serían los obreros de Trubia, que quedarían sin trabajo y por consiguiente sin
pan.
Las otras dos soluciones eran,
volar los transformadores o dejarla inútil totalmente.- Decía que con la
segunda solución, ellos no podrían trabajar.- Pero al día siguiente, decía que
había posibilidades de trabajar, pero que ellos no lo sabían, etc.
En la reunión que citamos, hablaba
de planes militares, queriendo desviar la atención de lo que se estaba
tratando.- Cuando se le replicó por un camarada, que era imposible que el
Gobierno tuviese en plan la reducción del Ejército y que la fábrica la reharía
y mejoraría, contestó, que estaba equivocado, pues él, lo había oído en una
reunión del Comisariado.
También, en una ocasión, hablaba
de que los obreros debían de declararse en huelga, pues era una vergüenza que
no se les pagaba, siendo replicado adecuadamente por un camarada.
Como Director de la Fábrica,
hace poco menos que nada, pues está en un total abandono, a pesar de que el
Comité de Fábrica le propone medidas para mejorar esta, dándose el caso de que
un número de obreros le propuso un plan de trabajo con el que se doblaba la
producción y no lo quería poner en práctica, argumentando que era imposible, y
ante la insistencia de los dichos obreros, accedió a ponerlo en práctica
mediante unas pruebas, que dieron resultado satisfactorio, haciéndose así en la
actualidad, no dando el Taller de Embutición la obra necesaria para ello, a
pesar de que él decía que de ese taller se encargaba él, cuando el Comité de
Fábrica le propuso medidas para que ese taller funcionase normalmente.
También metió en dos ocasiones
personal en la Fábrica sin consultar con nadie y mediante influencias, costando
gran trabajo el que volviese a despedirlos.
Trató también él, de que el
Comité de Fábrica, no controlara la organización de los trabajos, tratando de
llevar al mismo al desánimo, diciéndoles que en ningún sitio les hacen caso,
mientras que a él sí.
En la parte anterior se dice que
fueron encontradas varias ametralladoras en un lugar contiguo a la Dirección, y
hay que señalar que estaban nuevas y en sus respectivas cajas, siendo de
extrañar que vinieran a la Fábrica, ya que el armamento de la Compañía que
estaba de guardia, estaba en otra parte, puesto que para nada las necesitaba,
por lo que no es aventurado suponer que fuesen adquiridas o enviadas con vistas
al movimiento.
El día 15 de diciembre, hacia
las 12, bombardearon la Fábrica 20 aparatos, causando víctimas y desperfectos
en la misma. A las dos de la tarde, hora de entrada a la Fábrica entonces del
2º turno, venía la gente al trabajo y no se la dejó entrar en la Fábrica porque
se dió orden en ese sentido.- Estaba el Director en su casa y preguntado si
había dado tal orden, contestó que no, pero estando en su casa, que como se
sabe está dentro del recinto de la Fábrica, no acudió hasta pasadas las cuatro,
a ver los desperfectos que había causado la aviación.
El día 27 del mismo mes,
volvieron a bombardear nueve aparatos, quedando muchos talleres casi sin
tejado, por lo que cuando llovía, era imposible trabajar y las máquinas se
echaban a perder por llover encima de ellas.- A pesar de esto no se le ocurría
mandar retejar los talleres, al pedir chapa para ello.
Hubo de planteárselo al Comité
de Fábrica y más tarde al Sindicato y decía que no encontraba solución porque
la gente no quería venir de día.- Se le planteó que pidiese voluntarios y así
lo hizo, empezándose a retejar los talleres el día 14 de Enero, es decir, 17
días más tarde del último bombardeo, dándose la agravante de que había
talleres, como montajes, que a causa de esto, no podía hacer absolutamente
nada.- Se da el caso de que hay talleres, como Artillería, en que hay máquinas
de gran valor, y que ya no llueve encima de ellas por estar retejado el taller
y en parte están sin limpiar, como si no tuviesen importancia.
El día de este bombardeo acudió
la gente al trabajo, pero algunos talleres, como consecuencia del mismo, caían
cristales del tejado y no había tampoco corriente, por lo que los maestros le
preguntaron qué hacían y dijo que había que trabajar y que él, como veían,
dirigía desde Trubia y no desde Gijón sentado como otros.- A pesar de esto, una
vez que ya hubo corriente, dió orden de salir al personal, sin que ni siquiera
limpiaran el taller, pues algunos estaban llenos de tierra y cristales.
Como la fábrica estaba, y está,
sin refugios, el Comité de Fábrica le planteó repetidas veces que había que
construirlos y decía que no había sitio para ello.
En vista de esto, el sindicato
también se lo planteó, contestándole lo mismo, y entonces le planteó que si no
empezaba a construirlos, daría publicidad al asunto.
En vista de esto y de que aquel
día, o al siguiente, publicaba la prensa unas disposiciones por las que se
hacía obligatoria la construcción de refugios en las industrias, dijo, por fin,
que los iba a empezar.- Para ello pidió cien obreros más, dándose el caso de
que hay un gran número de obreros que no tienen nada que hacer, por falta de
obra, y que pudieran utilizarse para ello.
Es de señalar que esta cuestión
de los refugios, es de primordial importancia, puesto que si los hubiere,
podría trabajarse en tres turnos y en siete meses hubo tiempo más que sobrado
para construirlos.
En una entrevista del Sindicato
con él, empezó a hablar de los bombardeos y decía que quería dar la sensación
de que la fábrica trabajaba poco, para que pensaran si les convenía gastar las
bombas que gastaban.- Es decir, que para que no bombardeen, quiere que la
fábrica produzca poco.
En el taller de Montajes dijo en
una ocasión a los maestros que había que construir una cureña cada quince días,
pero han transcurrido meses y no salió ninguna.- Dijo esto, pero no se tomó
ninguna medida para que se hiciera, dándose el caso vergonzoso de que una de
las causas por las que no se producía en dicho taller, era por falta de luz, es
decir por haber bombillas y hubo de ser el Sindicato el que le indicara como
debía adquirirlas, pues en los pabellones las había en abundancia, y lo mismo
en las casas de los obreros, que muy podían prescindir de algunas.
En el taller de Artillería, un
grupo de obreros por iniciativa de ellos, constituyeron una brigada, que
trabajando horas extraordinarias, terminaron dos cañones del quince y medio.
Los que en la actualidad se
están haciendo, podían estar ya terminados hace más de un mes y no lo están,
porque trabaja en ellos solamente un turno y siguiendo el plan que llevan, no
los terminarán en veinte días más, pues se da el caso de que tienen trabajando
en ellos un obrero sólo.
Últimamente se le pidió, según
creemos, que se metiera prisa a estos cañones y a pesar de ello continúan las
cosas igual, cuando en un plazo de días podrían terminarse poniendo dos
turnos.- Para estos turnos harían falta más ajustadores, pero se da el caso de
que en otros talleres los hay que no tienen obra y no se les ocurre pasarlos a
este taller.
En el taller de Carros de
Combate, dió orden de construir varios carros, suspendiendo el arreglo de
coches que antes hacían, pero se da el caso de que de esto hace ya varios meses
y aún no ha empezado, habiendo como consecuencia obreros en este taller que no
tienen obra.
El día 6 de Febrero empezó a
quemar un almacén contiguo al taller de Embutición, uno de los más importantes
de la fábrica.- Las bombas de incendio no funcionaban ninguna y por el lugar
del mismo, no apareció ni él, ni maestros, ni Jefes y hubo que apagar el fuego
con calderos, por no funcionar las bombas.
Hay que remarcar que siempre
hubo en la Fábrica servicio de bomberos y entonces, habiendo ya quemado el
almacén el almacén general por efecto de las bombas lanzadas por la aviación,
no sólo no los había, si no que ni se preocupaban de si estaban las bombas en
buen estado o no.
No sabemos cómo se las habrá arreglado para conseguir que los
jueves no se trabajara, pero creemos que argumentó en el sentido de que era
necesario para reparaciones y otras cosas.- Lo cierto es que en la mayoría de
talleres no trabaja nadie dichos días y se dan casos de venir un cañón para una
pequeña reparación y no poder hacerla.
El día 13 de Febrero dió orden
de que no se permitiera la entrada ni salida del personal, más que por una sola
puerta, en vez de las tres como se venía haciendo.- El día 14, es decir, dos
días más tarde, hubo un gran bombardeo de artillería, cayendo varios
proyectiles muy cerca de la puerta que tenía que ser la salida.
El bombardeo fué hacia las doce
y diez minutos y la hora de salida es a las doce y media, a cuya hora saliendo
sólo por una puerta, hay una gran aglomeración de obreros en la misma.- Él dice
que fué orden de Belarmino Tomás.- Es necesario enterarse de esto, pero si no
fuera así, sería una coincidencia extraña que a los días de salir dicha orden,
se bombardeara la fábrica cerca de la hora de salida.
Como los comestibles han subido
de precio en relación a los de antes del 18 de Julio, sacó una orden hace ya
tiempo, en que decía, que los precios serían los de antes de dicha fecha, con
lo que cogía simpatías entre los obreros y
adrede, los colocó en contra del Frente Popular.
Como se vé, la Fábrica está en
un estado tal de desorganización que dá pena, pues en siete meses podía estar
en pleno rendimiento y no lo está, porque la Dirección no hace nada por ello,
pues lo poco que hace, es por sugerencia, bien del Sindicato o del Comité de
Fábrica, al cual no reconoce como tal.- En el aspecto económico es también un
desastre, pues se dan gratificaciones habituales a gente que no trabaja casi
nada y salen antes de la hora.
Se da el caso de que hay un
escribiente que estuvo detenido durante varios meses y cobró el jornal lo mismo
y ahora que según creemos está en libertad,
aun cuando no viene al trabajo, cobra una gratificación de CIEN PESETAS
mensuales, y para pagar a las viudas de los muertos por la aviación cuando
estaban trabajando, dice que no hay dinero.
Además, hará un mes, dió del
dinero de la Fábrica DIECISIETE MIL PESETAS para juguetes de los niños de los
obreros y DIEZ MIL PESETAS, para la Semana del Niño.
En el tiempo que estuvo de Jefe
de Operaciones, se pasó al campo enemigo un Capitán llamado Villegas,
habiéndose corrido que él no mandó fusilar, y no sería extraño que haya sido él
mismo el que se encargó de propalar la noticia y que haya pasado para informar
de la labor que está haciendo al frente de la Fábrica.
El Comité de Fábrica, le indicó
la necesidad al Director, de retirar las materias primas que hubiera, por el
peligro de los bombardeos de la aviación. A esto contestó diciendo que no había
ninguna materia y hecha una investigación, se encontró que había las materias
que se relacionan a continuación:
Ferro-Cromo
especial ........................................................................ 11.500 kilos
“
“ ordinario
....................................................................... 9.000 “
“
silíceo ....................................................................................... 0.000
“
“
manganeso ..............................................................................
18.000 “
Aluminio
en lingotes
........................................................................... 400
“
Silíceo
manganeso .............................................................................. 4.000 “
“
aluminio (al 80% de silíceo)
................................................... 800
“
Siluminio
aleación de 1% a 10% de silíceo ......................................... 1.200
“
Estaño
en lingotes
............................................................................. 2.500
“
Níquel
................................................................................................ 7.000
“
Plomo
en lingotes
.............................................................................. 67.000 “
Cobre
lectrolítico
...............................................................................
3.100 “
Cobre
en plancha
.............................................................................. 900 “
Cinc
en plomo
................................................................................... 2.600 “
Regulo
de antimonio
......................................................................... 1.700 “
---------------------------------
En una ocasión vino ha esta una
Delegación del Estado Mayor a plantearle que era necesario retirar la
maquinaria de Trubia para producir en otro lado, contestando que eso era una
cosa de meses.- No se llevó a efecto esta medida, pero la mencionamos porque
con sus mismas palabras en este caso, desmiente lo que decía cuando se hizo
cargo de las operaciones, de que se podía fabricar lo que hacía Trubia en
Mieres o Sama en cuestión de días.
En resumen estimamos que si no
se sublevó en contra del Gobierno, fué por que no pudo y que si no voló los
transformadores, cual Aranda le ordenó, fué porque esperaba que Aranda tomara
la Fábrica y poder utilizarla, ya que él nada hizo por defenderla de un posible
ataque de Aranda los primeros días, en que con tan poca fuerza contábamos y
como él mismo manifestaba, podía haberla tomado, si se lo hubiera propuesto.
En cuanto a la producción,
estimamos que la está saboteando todo cuanto puede, cortando toda iniciativa de
los obreros, tendente a mejorar la producción.
Y por todo ello, creemos debe de
ser destituido de su cargo de la Dirección de la Fábrica, poniendo al frente de
ella, a un Ingeniero de confianza, si es posible, y si no a un maestro que haya
demostrado actividad, pues de esta forma, creemos, se saldrá ganando mucho en
la producción.
Esta creemos, sería la manera de
que pudiera producir Trubia a pleno rendimiento.
A su vez creemos, debe ser
procesado para ver si el Tribunal Popular, encuentra materia delictiva en su
actuación, que esperamos que sí.
Es claro que una vez procesado,
de sus declaraciones, saldrían cosas interesantes contra otros Jefes de los que
hay aquí, pues hay un Comandante (Espiñeira) que está de Jefe de fabricación,
que no hace absolutamente nada y por tanto, gran parte de las
responsabilidades, caen sobre él.
Y para terminar decimos, que hay
toda una serie de hechos de menor importancia que no citamos, pero que todos
ellos en conjunto, son también de importancia.
Este informe y acusación, los
hace suyos el Comisario de Guerra del Partido Comunista, Juan José Manso y para
que así conste, firma la presente denuncia en Gijón, a diez y nueve de Marzo de
mil novecientos treinta y siete.
![]() |
Puerta principal de la fábrica |
![]() |
Prensa del taller de aceros de la fábrica de cañones de Trubia |
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