Vivimos en un mundo de
influencias. Los medios de comunicación nos dicen qué tenemos que ver, qué
leer, qué pensar. Qué es arte y qué no. Nos marcan tendencias, corrientes de
opinión. Nos dan noticias aparentemente objetivas que resultan ser finalmente
vehículos con los cuales encauzar nuestro pensamiento en una dirección
premeditada. Podemos pasar en poco tiempo de ver obreros en lucha a temibles
terroristas callejeros. Nos creemos seres de gran raciocinio, con un
inquebrantable sentido crítico, un criterio propio ajeno a manipulaciones y,
raras veces, nos damos cuenta de nuestro error y nuestra vulnerabilidad. Nuestra
suficiencia es nuestra debilidad.
Mediados del mes de junio en el
páramo soriano. Cuatro de la tarde. El mercurio por encima de los 35ºC. Un sol
de justicia. Ni una pizca de viento que ayude a soportar el calor. Ante mi,
solitarias, en lo alto de un cerro, las ruinas de Tiermes, poblado de origen
celtibérico, territorio de los arévacos, aliada de Numancia. Ciudad posteriormente
ocupada por romanos, godos, musulmanes y cristianos. Aún resulta citada en el Cantar del mio Cid. Ciudad excavada en
la roca, al pie de peñas verticales de roja arenisca. Mi gozo ante tanta ruina,
tanta historia me hace recorrer cada lugar del yacimiento, cámara en ristre,
sudando la gota gorda bajo un sol implacable. De repente, a mi lado, un niño de
dos años exclama:
- -
¡Qué aburrimientu! Papá nos trae a ver cases
rotes.
Es mi hijo. Lo miro y estallo en
carcajadas.
Libros de historia. Grandes
eruditos. Ellos me han dicho lo que puedo encontrar. Lo que es cada uno de esos
muros que apenas levantan medio metro del suelo. La importancia de un
yacimiento en particular. Pero para un niño, con una visión del mundo más lógica, ajeno aún a todas esas
influencias externas que dirigirán su percepción de las cosas, todas aquellas
ruinas no son más que eso, cases rotes.
Y, la verdad, no le falta razón.
En los libros siempre se suele encontrar la respuesta.
ResponderEliminarNo todas las respuestas que encuentras en un libro son correctas, neutras o sinceras. Muchas veces son tendenciosas, subjetivas o alienadas.
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